Quiero dormir eternamente para seguirle pensando durante el día, mientras me interrumpa un ''pipipí'' que esboza en mi cara lo que parece una sonrisa y la confirma el ver su nombre, esa sonrisa que nunca quiere salir pero que es inevitable esconder cuando se trata de él, de un mensajito, de una llamada, o de un simple recuerdo.
Es increíble lo que han dado de sí tres noches, cuatro días y nosecuantas horas... me han enseñado que existe un hombre capaz de ser amigo y amante a la vez, capaz de desearte y escucharte a la vez, que a la vez no significa al mismo tiempo... pues ya sabemos que dos cosas a la vez... no, no podía ser perfecto, tampoco quiero que lo sea, nadie lo es, y mucho menos yo, y ahí ha estado de todas formas, tanto para aconsejarme sin ningún tipo de interés como para provocarmelo a mí surgiendo de ahí una curiosidad tal que está desenvocando este sueño del que no quiero que me despierten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario