Miro esta fotografía y veo a la mujer de mi vida, a la que perdí, con la que quería tener hijos, incluso casarme, nunca se lo demostré, y se marchó.
Es lo que tenía que hacer, ella era la única que creía en lo nuestro cuando yo no hacía más que mirar por mí, hacíamos lo que a mí me apetecía, pues nunca le pregunté que es lo que le hubiese gustado hacer, le proponía planes que al día siguiente se abrían esfumado, le hacía pasarse el fin de semana esperando una llamada que le acabaría diciendo que estaba cansado,... aún así, ella estaba conmigo, ella soportaba mis celos, dejaba de hacer cosas por mí, ella era capaz de hacer cualquier cosa por mí, y yo no lo veía,... un día se cansó de ir siempre a cuestas con lo nuestro y se marchó.
Alguna vez que otra hablamos y parece estar bien, me sigue pidiendo perdón todas ellas y yo no dejo de decirle que deje de llorar por mí, que fue mi culpa, que yo me lo busqué, que rehaga su vida y que deje de buscarme en otros, que ya le llegará un chico que le vuelva a hacer sentir lo que cree que no sentirá más.
Pero aquí está, otra vez, más insistente de lo normal por que nos veamos, no se lo que quiere, no se que hace buscándome de nuevo...
Yo te lo diré; ella ha intentado rehacer su vida, le ha pedido mil veces a su corazón que entienda que las personas nunca cambian, que las segundas partes nunca fueron buenas, pero ella es más de: amor de verdad solo es el primero, las segundas partes hacen más fuertes y hacen madurar una relación,... en fin, que no puede sacarte de su cabeza, que después de casi dos años quiere volver a sentir, y sabe que solo tu puedes conseguir eso. Quiere verte y conocerte, quiere que la conozcas, porque el tiempo te cambia, y habréis cambiado en muchos aspectos, creo ahora es el momento de descubrir si realmente estáis echos el uno para el otro, o simplemente estáis aferrados al recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario