sábado, 21 de abril de 2012

me atropellas el corazón

La herida solo está cicatrizada, pero ahí está. Eso me dijo. Y eso me hizo estremecer por dentro, es como si recobrase por un instante aquél dolor que hace mucho tiempo sentí, ese que me quemaba por dentro y me dejaba un áspero nudo en la garganta difícil de deshacer, que sigue haciendo que inevitablemente mis ojos derramen alguna que otra lágrima, estos ojos que figuran de nuevo tu mirada descarada, los tuyos estaban tan seguros de que siempre me verían al abrirse, tan convencidos de que los míos siempre estarían a tu lado para ver las cosas como tu querías que las viese, como tú creías que las iban a ver siempre, como no las siguieron viendo más.

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